✼🏕 El arte del slow travel: 10 beneficios de viajar despacio y con propósito
Cómo viajar despacio, descubriendo el mundo a tu paso, puede transformar tus escapadas, reducir el estrés y crear experiencias más auténticas.
¡Hola! Soy Cristina Garay, periodista y fotógrafa especializada en lifestyle consciente, viajes y medio ambiente. En este rincón virtual encontrarás inspiración para vivir como sueñas, reflexiones sobre crecimiento personal, consejos sobre lifestyle consciente, mindset y viajes. ¡Suscríbete aquí para unirte!
🖋 El tema de hoy: enamórate de viajar despacio.
♾️ Cositas que te recomiendo: encender una vela, escuchar Ludovico Einaudi y escribir.
🚐 Viajes: si quieres ser como la gente “normal”, no te hagas fan de la vanlife. Ya estoy planeando la siguiente escapada al Delta del Ebro. Cuéntame en comentarios qué te apetece conocer.
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👩🏻💻 Journal prompt: “Cuando viajo, me siento…”
Lo reconozco. En este tema, mi crispación me obliga a ir directa al grano.
Debemos aprender a viajar.
Supongo que nadie nos ha enseñado.
Pero las consecuencias de viajar tan mal son devastadoras.
Como todo a día de hoy, se ha convertido en sinónimo de rapidez y excentricidad: visitar la mayor cantidad de destinos en el menor tiempo posible, y hacerse el mayor número de fotos por el camino solo para las redes sociales.
Si pueden ser lugares que haya visto en el feed, mejor.



Cuando viví en Islandia, acababa de ponerse de moda el país. Apenas acababa de arrancar instagram, pero fue uno de los lugares donde impactó de lleno.
Mi jefe islandés (un fotógrafo maravilloso - y aún mejor persona - que llevo tatuado en mi piel) me contó que, ya por entonces, las botellas de agua habían pasado a costar casi 5€ en una Reykjavic tan pequeña que no dejaba margen para vivir a los lugareños.
No existía ese comercio local donde ellos podían huir de la fiebre turística. El nivel de vida había subido tanto de golpe que tuvieron que asumir vivir en su propia tierra como turistas eternos.
Al poco de volver de Islandia necesité un detox del tiempo invernal y decidí conocer un poco de Indonesia. Como iba con unas amigas, la votación grupal terminó por llevarnos a Bali como destino. Error. Ya estaba de moda instragramil.
En una de sus espectaculares cascadas me topé con una escena grotesca. La primera de muchas, aunque aún no lo hubiera podido ni imaginar. Lo más light es que había cola para llegar a la cascada porque estaba tan abarrotada que era la única forma de hacerse una foto en ella.
Con cara de asombro, viendo la fauna humana que nos rodeaba, reparé en unas chicas que, por lo arregladas que iban, parecían dispuestas a aparecer en una boda. No pude evitar ver cómo se metían poco a poco en el agua para llegar a la parte baja de la cascada.
“Qué asco, tía”, se decían.
“¿De verdad esto es necesario?”, se quejaban mientras reían como adolescentes en la época del pavo.
Llegaron a la base de la cascada y estuvieron 20 minutos haciendo poses más propias de una revista porno que del recuerdo de un viaje. Mientras, decenas de personas esperaban, mirando. Yo no daba crédito, era como asistir a un teatro grotesco en uno de los lugares más bonitos que había visto en mucho tiempo. Reducir ese templo de la naturaleza a ese esperpento de experiencia me dejó en shock.
¿Existe algo más opuesto a la esencia de viajar?
Darle la vuelta a esta narrativa era algo tan necesario para mí que ese fue el último gran viaje en avión que cogí. Desde entonces, viajar en tren o por carretera ha sido como una terapia absoluta para paliar el shock de lo que me encontré allí y volver a enamorarme de viajar.
El slow travel nos invita a desacelerar, a conectar profundamente con los lugares que visitamos y a viajar con un propósito que va más allá del simple check en nuestra lista de destinos.
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En este post, quiero explorar contigo qué es el slow travel, sus beneficios y cómo llevarlo a cabo en tu próxima aventura.
¿Qué es el slow travel?
El slow travel es una forma de viajar que invita a desacelerar y sumergirse en la esencia de cada destino. Más que visitar lugares, se trata de vivirlos; dedicar tiempo a descubrir la cultura local, conectar con sus habitantes y disfrutar de los pequeños momentos que hacen única cada experiencia.
Desde una charla improvisada en un mercado, hasta la contemplación de un atardecer, este enfoque nos reconecta con el presente. Además, promueve un turismo más consciente y sostenible, respetuoso con el entorno y su identidad.
Los beneficios de viajar despacio
1. Conexión auténtica con las culturas locales
El slow travel te permite salir de los circuitos turísticos tradicionales y adentrarte en la vida real de un lugar. Al pasar más tiempo en un destino, puedes conocer a las personas que lo habitan, entender sus tradiciones y formar conexiones significativas que no son posibles con itinerarios apresurados.
Por ejemplo, al quedarte un mes en un pequeño pueblo, puedes aprender palabras básicas del idioma, frecuentar los mismos mercados y empezar a sentirte parte del lugar.
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2. Menor impacto ambiental
El slow travel fomenta modos de transporte más sostenibles, como el tren, un roadtrip compartido, la bicicleta o incluso caminar. Al viajar menos y quedarte más tiempo en un lugar, reduces tu huella de carbono y contribuyes a un turismo más consciente.
Además, al apoyar negocios locales, tus gastos tienen un impacto positivo en el lugar.
3. Reducción del estrés y mayor bienestar
Viajar a toda prisa suele ser agotador: vuelos a horas intempestivas, itinerarios saturados y la presión de no perderte nada. En cambio, el slow travel te permite disfrutar de un ritmo más pausado, donde priorizas la calidad de las experiencias sobre la cantidad.
Imagina despertarte sin alarmas, pasear sin prisas por un mercado local y disfrutar de un almuerzo de tres horas mientras conversas con los lugareños. Viajar despacio no solo relaja tu cuerpo, sino también tu mente.
4. Perspectiva enriquecedora
Al tomar el tiempo para observar y comprender, empiezas a ver los lugares desde una perspectiva más profunda. Las conversaciones casuales, las tradiciones locales y las historias que descubres te transforman como viajero y como persona.
Empaparte de verdad en esta riqueza cultural se traduce en hacer crecer tu mente, tu alma y - así sí - obtener tus recuerdos más especiales.
Cómo incorporar el slow travel en tu próxima aventura
1. Elige destinos menos turísticos
Lo que más amo de viajar en camper es poder ir descubriendo cada lugar. Sin prisa, sin tener que llevar todo atado desde Madrid. Según lo que voy descubriendo, voy decidiendo lo que hago.
Esto me permite no tener que decidir el lugar de mi alojamiento a través de una pantalla, sino descubrirlo a medida que habito el lugar.
Además, los lugares menos saturados de visitantes suelen ofrecer una experiencia más auténtica y tranquila. Buscar pequeños pueblos, áreas rurales o ciudades menos conocidas te conecta mucho más con las raíces del lugar, el entorno y las personas.
2. Viaja con medios de transporte más lentos
Opta por el tren, la bicicleta o incluso el senderismo. Estas formas de transporte no solo reducen tu impacto ambiental, sino que te permiten apreciar los paisajes a un ritmo más pausado.
Por ejemplo, recorrer la Toscana en bicicleta o viajar en tren por los Alpes puede convertirse en una experiencia mucho más enriquecedora que simplemente tomar un vuelo.
Uno de los lugares donde más creativa soy y más ideas nuevas me vienen a la cabeza es, sin duda alguna, el tren. Ver el paisaje correr por la ventana mientras escribo o trabajo en mis fotografías es sinónimo de crear para mí.
3. Quédate más tiempo en un lugar
Al detenerte más tiempo en un solo destino, descubres la esencia de viajar sin prisas, con la oportunidad de conectar genuinamente con el lugar y su gente.
Opta por alquilar un apartamento o alojarte con familiares; así, te sumerges en la cotidianidad del entorno, observando sus ritmos, costumbres y pequeños detalles que suelen pasar desapercibidos.
Este enfoque no solo amplía tu perspectiva, sino que transforma el viaje en una experiencia enriquecedora y auténtica, donde cada día se siente más como un descubrimiento que como una visita.
4. Sé flexible con tu itinerario
Deja espacio para la espontaneidad. A veces, los mejores recuerdos vienen de momentos no planificados: un paseo inesperado, una invitación a cenar o un festival local descubierto por casualidad.
5. Prioriza la calidad sobre la cantidad
Es mejor conocer a fondo un lugar que verlo superficialmente. En lugar de recorrer cinco ciudades en una semana, explora una sola con detenimiento.
(Sigue leyendo: Bailar con la desesperanza: reflexiones para reconectar con uno mismo tras un año de cambio)
Recomendaciones de slow travel
Ribeira Sacra, Galicia.
Recorre los viñedos, navega por los cañones del Sil y saborea el ritmo lento de sus aldeas.
Recorrer Europa en tren
En lugar de tomar vuelos rápidos entre ciudades europeas, utiliza el tren para moverte lentamente. Podrás disfrutar de los paisajes cambiantes, leer un buen libro durante el trayecto y llegar al corazón de las ciudades.
Camino de Santiago
Una experiencia espiritual y cultural perfecta para conectar con el entorno, la historia y otros viajeros.
Menorca
Disfruta en temporada baja de sus calas tranquilas, senderos costeros como el Camí de Cavalls y pequeños pueblos.
Una temporada en Nueva Zelanda en furgoneta
Alquilar una autocaravana y recorrer Nueva Zelanda a tu ritmo te permite disfrutar de la naturaleza, detenerte donde quieras y desconectar del ajetreo del mundo moderno.
Comarca de La Axarquía, Málaga
Explora los pueblos blancos a ritmo pausado, disfruta de su gastronomía local y camina entre viñedos y olivares.
Un viaje hacia ti mismo
Sin duda, aunque viajar despacio tiene mil beneficios, lo que más disfruto de todo es que el slow travel no solo cambia la forma a través de la cual ves el mundo, sino también cómo interpretas y vives el mismo.
Al desacelerar, encuentras espacio para reflexionar, para reconectar contigo y para aprender a disfrutar de las pequeñas cosas.
En una época donde la velocidad es la norma, el slow travel es un recordatorio de que lo importante no es llegar rápido, sino disfrutar del camino.
En tu próxima aventura, te invito a darle una oportunidad a esta filosofía de viaje, y de vida. Descubrirás que, al viajar más despacio, se vive más intensamente.
💬 Y ahora… ¡Me encantaría leerte!
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No me ves, pero te estoy aplaudiendo.
Me encanta este enfoque, y lo comparto al 100% y es algo que quiero transmitir a mi hija.
Respecto a tus recomendaciones, me tocas el corazón compartiendo Galicia (no te dije todavía que soy de Coruña) y la Axarquía (mi familia es de Velez, así que imagino que tenías en mente Frigiliana ;)).
Yo suscribo al 100% esta filosofía de viajar. Una de las razones por las que me puse a trabajar por cuenta propia es precisamente para dejar de ser un turista y vivir en otros lugares.