Encontrar paz en el caos: 12 maneras de simplificar tu vida
Así he logrado vivir con más tranquilidad y paz interior.
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🖋 El tema de hoy: menos es más.
♾️ Cositas que te recomiendo: coge el armario por banda y dona toda esa ropa que no usas. El orden visual también trae mucha paz.
🚐 Viajes: la próxima escapada será un roadtrip en diez días al Delta del Ebro. Cuéntame en comentarios qué te apetece conocer.
🌿 Vida sostenible: esta semana he conocido varios productos de limpieza eco sin tóxicos y recomiendo adentrarse en este mundo al 400%. Si te apetece conocer más, ¡dímelo en comentarios!
👩🏻💻 Journal prompt: “Quiero activar el cambio y aumentar mi felicidad simplificando mi vida. Para ello, llevaré a cabo estas pequeñas acciones de cambio: …”
Menuda paradoja.
Resulta que el arte de simplificar es, en realidad, bien complejo.
Llevo tiempo preguntándome qué ocurriría si aprendiera a soltar. En un mundo saturado de compromisos, objetos y pensamientos, ¿qué pasaría si dejo aún más espacio para respirar, para ser?
Simplificar no es renunciar, es elegir con intención.
Al despejar el camino, lo importante se revela con más claridad.
Son pequeños gestos, pero juntos están transformando mi manera de vivir, conectar y crear.
Para alinear la forma con su contenido, trataré de ser muy ligera en este post. Directa al grano. Simple.
Aquí van.



12 formas a través de las que estoy redescubriendo lo simple:
1. Desintoxicación digital consciente
Mis mañanas jamás empiezan con un scroll infinito.
Me dedico las dos primeras horas del día a mí, a mi perra y, cuando está con nosotras - viaja mucho por trabajo -, a mi pareja. Esto, que hoy considero un privilegio absoluto y uno de mis mayores regalos, lo he logrado tras seis años de freelance, peleándome con los baches que supone. Pero sobre esto hablaré más adelante porque da para mucho.
Mucho antes de ese detox general a primera hora, ya apagaba las notificaciones innecesarias y fijaba horarios para revisar las redes.
El silencio digital me ha dado algo de valor incalculable: claridad.
(Relacionado: 12 libros que transformaron mi vida: lifestyle consciente, sostenible y con propósito)
2. Minimalismo material
Los objetos también pesan en la mente.
Y como desordenada crónica que soy, donar, reciclar y quedarme solo con lo que amo y uso ha sido un acto de liberación. Menos cosas, más espacio para lo esencial.
3. Aprender a decir “no”
Cada "no" es un "sí" a lo que importa. He dejado de sentir culpa al priorizar mi tiempo, y la tranquilidad que eso trae no tiene precio.
4. Días sin reloj
Dejar espacios sin planificar ha sido un regalo. No tener una lista interminable de tareas me permite escuchar lo que realmente necesito en el momento.
5. De la tierra a la mesa
Menos procesados, más frescura. Cocinar con ingredientes sencillos y disfrutar cada bocado lentamente me reconecta con el presente y cuida mi cuerpo.
(Sigue leyendo: Equivocarse: mi mantra para 2025)
6. Rutinas matutinas esenciales
Comienzo el día con intenciones simples: unos minutos de respiración, yoga, un paseo con mi perra, un café en calma y una lista mental de gratitud. Lo perfecto no es complejo.
7. Foco en una sola tarea
Adiós al multitasking. Ahora priorizo la atención plena, y lo que antes era estrés se convierte en satisfacción al cerrar cada proyecto con intención.
8. Relaciones que nutren
Más profundidad, menos cantidad. Conexiones auténticas, conversaciones sin distracciones y tiempo de calidad con quienes realmente importan.
9. Tiempo en la naturaleza
Un paseo en un parque, un día en el campo o incluso observar las nubes desde mi ventana. La naturaleza es un recordatorio de lo esencial.
10. Consumo informativo selectivo
He reducido el ruido informativo. Siendo periodista, esta es una de las tareas que más me ha costado por inercia profesional. Pero optando por separar mis tiempos y focalizar en lo que realmente me aporta, mi mente agradece no estar en constante sobrecargada.
11. Hogar como refugio
Pequeños detalles: una vela encendida, una esquina para leer o música suave. Mi hogar es ahora un espacio que invita a la calma.
12. Aceptar la imperfección
La lección más poderosa: soltar el control y abrazar que no todo tiene que ser perfecto. La vida sucede, y está bien así.
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Menos ruido, más vida
Simplificar no es renunciar, es elegir con intención.
Al despejar el camino, lo importante se revela con más claridad.
💬 Y ahora tú. Me encantaría leerte en comentarios
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Hola hola. No sé cómo llegué a ti y tus lecturas, pero definitivamente me dió paz esta primera. El ruido mental por redes sociales es, creo, la que más me ha impactado. Hace unos años sentí beneficios al desconectarme de lo digital y conectarme con lo físico, pero la inercia de este mundo me llevó nuevamente al estándar de hiper conexión. Actualmente, intentando apagar tanto ruido y reconectar conmigo mismo :)
Sin duda mi definición de éxito en la vida se llama paz.